martes, 1 de abril de 2014

MESA 3 - EJE VIII - XI







PONENTES: 

Alejandra Barbich: Profesora de Filosofía (UBA, 1987), con estudios de Derecho (1976-1978, UBA) y de Psicología (egresada 2013 UBA). Especializada en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales. Coordinadora del Programa de Capacitación e Investigación de la Asociación Civil “Nuestras Manos” desde el año 2002. Docencia universitaria (1985-2009). Responsable del Área de Estadística y Capacitación del Programa de Capacitación y Tratamiento de la Violencia Familiar, Maltrato Infantil y Abuso Sexual de la SENAF (2000-2011) Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Argentina. Coordinadora de Subprograma de Explotación Sexual Infantil dependiente de dicho Programa (2002-2008).

Jesica Benel: Estudiante de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Se ha sumado en Noviembre del 2010 al equipo de voluntarios de la Asociación Civil “Nuestras Manos”, colaborando en el relevamiento de rutas de la explotación sexual en la Argentina y Latinoamérica.





 

Florencia Romero: Estudiante de Antropología en la Universidad de Buenos Aires. Se ha sumado en Noviembre del 2010 al equipo de voluntarios de la Asociación Civil “Nuestras Manos”, colaborando en el relevamiento de rutas de la explotación sexual en la Argentina y Latinoamérica. 

 nuestrasmanos@gmail.com

PONENCIA: 

“Rutas de la trata con fines de explotación sexual en América Latina. Relevamiento a través de los medios de comunicación”.

Expondremos un trabajo de investigación sobre las rutas de la explotación sexual en la República Argentina y otros países que conforman la región latinoamericana, iniciado en el año 2010, en el marco de la ONG Nuestras Manos.

Nuestra investigación se basa en la identificación de las rutas de la trata de personas con fines de explotación sexual, extraídas de los medios de comunicación masivos. Contamos con una base de 423 casos analizados, a partir de los cuales hemos reconstruido el circuito que integran las rutas de la explotación sexual en la Argentina y Latinoamérica. Mediante el análisis de cada caso, intentamos determinar la ruta por donde circulan las personas víctimas de la trata, desde el lugar de origen hasta el lugar de destino, y reconstruir los lugares de tránsito que no siempre se encuentran enunciados explícitamente.

Este estudio pretende aportar un conocimiento sobre el circuito de la trata con sus lugares de origen-tránsito-destino, con aspiraciones a que sirva, a su vez, como herramienta para la transformación de una realidad social problemática, en la medida en que puede servir para tomar decisiones y generar acciones al respecto, tanto por parte del Estado como de la Sociedad Civil. Asimismo, consideramos que es de suma importancia que dicho conocimiento se instale en el debate social, ya que contribuiría a la concientización y sensibilización sobre temáticas como la violencia y la explotación sexual de personas.

En primer término desarrollaremos algunos conceptos que consideramos clave a la hora de analizar la problemática de la trata con fines de explotación sexual. Entendemos que la trata de personas con fines de explotación sexual incluye los casos de reclutamiento, traslado o recepción de una persona dentro de un país o de un país a otro, para la explotación de la prostitución ajena.

Dice Lydia Cacho, “El poder de la industria internacional del sexo se basa en la mercantilización del cuerpo humano como un bien para ser explotado, comprado y vendido sin consenso de su propietaria”. (Cacho, L., 2010: 19). La trata de persona, pues, representa un medio para proveer de cuerpos al mercado de la prostitución, tanto a nivel nacional como internacional. Los lugares de reclutamiento, tránsito y destino conforman circuitos nacionales o transnacionales, que suelen exceder las atribuciones y el ámbito de acción de la justicia ordinaria local (Molina, M.L., 2008: 23). Por este motivo consideramos que para analizar la trata de personas con fines de explotación sexual, debemos tener en cuenta los circuitos que atraviesan los distintos países. Esto requerirá de un análisis sobre los contextos socio-económicos y culturales característicos de cada uno de los países involucrados, en su diversidad y especificidad. Debido a ello, en el presente trabajo hemos optado por profundizar la situación de la Argentina y de Latinoamérica en general, para analizar la lógica que opera en el delito de la trata de personas con fines de explotación sexual a nivel regional.

La trata de personas con fines de explotación sexual se basa en la prostitución. La prostitución es una institución social, basada tanto en la desigualdad económico-social como en la de género, existente en nuestra sociedad capitalista y patriarcal. La prostitución tiene lugar cuando la sexualidad y el cuerpo de la víctima se torna objeto de intercambio mercantilista El cuerpo de la persona explotada se utiliza como mercancía para provecho económico del explotador y placer del usuario (denominado cliente o prostituyente) (Molina, M.L., 2008: 17)

Por otro lado, el enfoque de Beatriz Gimeno nos brinda un acercamiento acerca del impacto que genera el patriarcado sobre la temática de la prostitución. La autora sostiene que la prostitución es una institución patriarcal, ya que necesita de la existencia de un modelo de masculinidad (que es el que adquieren los varones en el proceso de socialización) caracterizado por determinados valores: la autosuficiencia, la belicosidad heroica y la autoridad sobre las mujeres basada en la desvalorización de las mismas. Asimismo, la autora afirma: “… la prostitución hoy está funcionando como uno de los últimos refugios y refuerzos de la masculinidad hegemónica…”. (B. Gimeno, 2012: 77).

Silvia Chejter, nos ofrece un análisis sobre los discursos de hombres que han recurrido a la práctica de pagar por sexo cuando aborda la problemática especifica de los “consumidores” de prostitución, Pone de manifiesto la importancia del rol del denominado “cliente” (prostituyente), cuando sostiene que si no existiera esta demanda de cuerpos, tampoco existiría la oferta. Refiriéndose a la práctica del pagar por sexo, la autora afirma: “Pensarlo como un intercambio entre iguales constituye notoriamente una ficción que naturaliza y reproduce las prácticas. La cultura patriarcal moldea las subjetividades, imprime un sello a sus representaciones y acciones. La institución de la prostitución es un emergente de esta cultura”. (Chejter, S., 2011: 11).

La prostitución es una institución social basada en la asimetría, es decir en relaciones de poder desiguales que se generan en sociedades capitalistas hasta el punto en que los cuerpos de determinadas personas se llegan a mercantilizar, y patriarcales en tanto que producen una serie de valores y prejuicios que refuerzan constantemente y perpetúan las relaciones asimétricas de poder y con ello, la explotación de determinadas personas.

Desde nuestra organización, sostenemos que la prostitución representa un tipo de violencia que se ejerce sobre las personas. Creemos que el Estado no ha brindado alternativas a las personas que ejercen la prostitución, que representen una verdadera oportunidad de acceso a los beneficios básicos de la educación, la salud y el trabajo. En consecuencia, desde un posicionamiento abolicionista de la prostitución y la trata, planteamos la necesidad de la existencia de políticas públicas de inclusión que garanticen el igual acceso a la educación, salud, trabajo y vivienda para todas las personas.

Vale aclarar que este posicionamiento abolicionista no debe confundirse con el discurso prohibicionista de la prostitución. Un enfoque prohibicionista sanciona y persigue a las personas que ejercen la prostitución, prohibiéndola. En cambio, un enfoque abolicionista cuida y protege a las víctimas que se encuentran en situación de prostitución, proponiendo su verdadera inclusión en el sistema social, mediante el acceso a los derechos ciudadanos, para que de esta manera la persona puedan empoderarse y desplegar su vida.

























A modo de conclusión, consideramos que el conocimiento que nos brindan las rutas que integran los circuitos de la trata de personas con fines de explotación sexual en la región Latinoamericana (contemplando los países de origen, tránsito y destino) representa una herramienta útil a tener en cuenta desde el Estado a la hora de sancionar leyes y hacer efectiva la política pública requerida, así como para el abordaje de la problemática desde las organizaciones de la sociedad civil. Unicamente mediante el conocimiento de este circuito por el cual se mueven las redes criminales internacionales podemos actuar generando un real impacto en la región que conformamos con nuestros países hermanos, en lo que respecta a la concientización y sensibilización frente a esta problemática. Teniendo en cuenta que estas redes delictivas de trata de personas actúan de manera globalmente organizada, invitamos a las organizaciones pertenecientes a los países de la región a sumarse para que podamos conformar una red abolicionista de la prostitución y del mal que la acompaña, que es la trata de persona, y a través de ella, demandar a los Estados, el diseño y la implementación de políticas públicas que generen condiciones de igualdad en la sociedad tanto a nivel nacional como internacional.







PONENTE : 



Marcela D´Angelo - Feminista, integrante del Seminario de DDHH con perspectiva de genero de Fac de F y L – UBA; de Campaña Abolicionista “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución” y del Frente Abolicionista Nacional (FAN) 

dangelomarcela@fibertel.com.ar

PONENCIA : 


La figura de la desaparición – Desaparecidos/as por la represión, Desaparecidas en las redes de prostitución - similitudes y diferencias.

Voy referirme al tema que abordamos desde nuestra militancia diaria: desapariciones de mujeres y niñas/os con fines de explotación sexual.

Pertenezco a una articulación de colectivas: la Campaña Abolicionista “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución” que aborda el tema de las desapariciones para la explotación sexual desde la perspectiva de interpelar fuertemente a la Institución de la prostitución.

Es con respecto a estas mujeres y niñas/os sobre las que quiero hacer un aporte de reflexión.

En nuestra sociedad es habitual la figura de la “desaparición”. Durante el terrorismo de estado tuvimos desaparecidos/as por y con un aparato represivo organizado y criminal. En democracia se producen desapariciones y muertes por represión de luchadores/as sociales con prácticas policiales violentas. El estado patriarcal, que atraviesa democracias y dictaduras, nos enfrenta con desapariciones de mujeres niñas/os para ser explotadas sexualmente.

En el caso del terrorismo de estado un grupo se apodera del estado y lo coloca al servicio de determinados intereses y realiza actos de terrorismo sobre los grupos que se le oponen y así el aparato represivo que esta al servicio de determinadas ideologías, desaparece y tortura a sus oponentes para sembrar el terror.

En el caso del terrorismo patriarcal un grupo especifico, los varones como genero, de manera individual y colectiva realiza actos de violencia sobre otro grupo de personas especifica: las mujeres, también como genero, mediante violaciones, malos tratos, golpes, incestos, femicidios, lapidaciones, infibulaciones, desapariciones, quema desde las brujas a Wanda Taddei .

Tanto las desapariciones y muertes por sostener ideales políticos, como las desapariciones por violencia de genero, para ser ingresadas a redes de prostitución a través de la trata, nos muestran varias similitudes y algunas diferencias.

La primera similitud y la más evidente es que las personas afectadas por ellas no están, y siempre existirá (para sus afectos y sus allegados) los sufrimientos de no tenerlos más en el día a día y, en el caso de la figura de la desaparición, la cruel y eterna duda de no saber si están vivas o muertas.

En las desapariciones y muertes por represión está siempre presente la complicidad del Estado. En las desapariciones por las mafias de trata para ser incorporadas a las redes de prostitución, también lo está, ya que la institución de la prostitución es un sistema organizado y constituido con complicidades de políticos, jueces, policías, organismos internacionales cómplices cuando no partícipes, bancos y empresas legales a través de los cuales se canaliza el “lavado” de dinero proveniente de esta actividad e Instituciones que se benefician. Pero además concurren y lo integran activamente: fiolos, proxenetas, “clientes” prostituyentes (que quizá sean nuestros hermanos, hijos, parejas, etc.), medios de comunicación y toda la sociedad que naturaliza y legitima estas prácticas. Este conjunto de relaciones sociales organizadas de una determinada manera, con normas que las regulan y con estructuras y una cultura que la sostienen es el SISTEMA PROSTITUYENTE que, como sub sistema del sistema patriarcal funciona para oprimir y explotar a las mujeres, niñas/os y personas trans. Es un negocio que produce billones de dólares en el mundo y que se realiza sobre la base de la explotación de cuerpos. Fíjense que he nombrado intervenciones del Estado….pero también de la sociedad toda, involucrada para que esta violencia ocurra.

Otra peculiaridad es que si bien a algunos sectores sociales les cuesta tener una respuesta contundente ante estas injusticias de represión por militancia, sin embargo, la sociedad se moviliza y se conmueve frente a los atropellos del poder, quedando sólo los núcleos más autoritarios, justificándolas. Hoy no se le ocurre a nadie argumentar a favor del asesinato o la desaparición de un/a militante. Sin embargo las desapariciones de mujeres niñas/os en las redes de prostitución, que son miles, son naturalizadas y hasta se escuchan voces que dicen “se lo buscó” ó “se lo merecía” y se centra la discusión en lo que hacía o dejaba de hacer esa mujer desparecida por estas redes mafiosas en lugar de interpelar el delito ó al /los delincuentes. Cuando se habla de “desaparecidos” (casi siempre en masculino) NO se las nombra. La diferencia fundamental, como dije antes, es que para que exista este sistema prostituyente organizado, donde ingresarán estas mujeres, niñas/os desaparecidas a través de las redes de trata hay una naturalización del fin de explotación: la prostitución, realizada por toda la sociedad y no sólo por sectores de la derecha represora y autoritaria.

Un rasgo propio esta dado por el hecho de que las desaparecidas por las redes de prostitución lo fueron y lo son por el sólo hecho de ser mujeres y niñas/os y para ponerlas al servicio del placer y sexualidad de los varones. Este tipo de desapariciones se realizó en distintas etapas históricas, sin importar bajo qué forma de organización del estado se realice. Fueron históricamente desaparecidas, paralelamente a las otras/os desaparecidas/os por el terrorismo de estado y, en democracia, por la represión. En una continuidad siempre hubo y siguió habiendo desaparecidas por motivos de genero. Por tanto es de un uso sensacionalista aplicar sobre estas víctimas de explotación sexual el término confuso de “desaparecidas en democracia”, ya que es invisibilizar el origen de esta realidad. Es cambiarle el contenido político a la lucha por estas desapariciones y así los delitos que sobre ellas se cometen, pierden su identidad y se desdibujan en una generalidad que dificulta la respuesta al reclamo sobre estas desapariciones y muertes. Son desaparecidas por las redes de prostitución.

En ambas desapariciones (por represión ó por género) son los familiares, casi siempre sus madres, las que reclaman, se organizan y transforman su desesperación en lucha. Sufren amenazas, pero siguen luchando. Aquí hay una acotación que hacer: mientras las familias de desaparecidos/as por ideales políticos o muertes por gatillo fácil tienen identificado el destinatario de sus reclamos: el aparato represivo. En las desapariciones por razones de género hay un reclamo generalizado contra las REDES de TRATA, que son redes mafiosas sin ninguna duda. La sociedad se sensibiliza ante “LA TRATA”, que es la forma de incorporación a la explotación, pero esto invisibiliza la realidad: estas mujeres, niñas /os son desaparecidas para ser prostituidas.

Qué es la trata

El delito de trata comprende: captar, acoger ó recibir y/o trasladar a personas con fines de explotación. Hay una naturalización evidente sobre la vida de las mujeres en situación de prostitución: Pregunto, de todas esas mujeres que están en prostitución ¿quién no fue captada de niña y luego, ya adulta, sólo conocía ese mundo de violencias y sufrimientos? ¿Qué persona en situación de prostitución no fue captada por los múltiples métodos que tiene el patriarcado? (un sistema jerárquico de varones que nos impronta toda las relaciones, las representaciones y se apropia de nuestra sexualidad y de nuestra reproducción) ….o por el capitalismo, que convierte en mercancía hasta los cuerpos. Todas esas personas paradas en las esquinas, todas esas mujeres, niñas/os encerradas en los prostíbulos están en TRATA y no nos damos cuenta. Nos parece que las que están en “trata” son las que no pueden salir, las que están encadenadas, que…por supuesto que estos métodos también existen, y seguro que están peor que las que pueden volver a sus casas…pero la realidad es que en todos los casos hay trata. La trata es un medio de proveer principalmente mujeres y niñas/os al mercado de la prostitución y no desaparecerá mientras exista esta última. Dividir entre prostitución y trata, invisibilizar la prostitución y nombrar solo las redes de trata encubre así, que la trata es una de las formas (la más generalizada) que tiene el sistema prostituyente de incorporar mujeres, niñas /os para poder ser prostituidas, para ser explotadas sexualmente (85 al 90 % de los casos de trata de personas). Por tanto los reclamos por estas desapariciones deberían hacerse interpelando a las REDES DE PROSTITUCIÓN, caso contrario nuestra lucha por acabar con “la trata” no tendrá resultados significativos, porque nunca se acabará el verdadero motivo de las desapariciones, de mujeres y niñas/os: ser incorporadas a las redes de explotación sexual para ser prostituidas.

Hablar sólo de trata, es dividir entre prostitución “libremente elegida” y “prostitución forzada” y esto es no interpelar a una institución de dominio construida sobre desigualdades de poder entre los géneros. La distinción entre prostitución libre y forzada solo sirve para alimentar el sistema prostituyente, legalizar la explotación sexual de las “libres” y consolidar la situación de desigualdad y violencia existentes. Es la prostitución, entonces, lo que debemos problematizar, no como un problema individual de una o muchas mujeres, no como un problema de cómo ingresaron a esta violencia: con consentimiento o no, sino interpelar a la prostitución como una institución basada en la desigualdad sexual y agravada por la desigualdad de clase. Nos debemos preguntar por qué tantos varones se arrogan el derecho de usar cuerpos como si fueran objetos. LA PREGUNTA NO ES, COMO dice K. Barry: como se llega a la prostitución, sino como se sale de ella”. Quienes quieren repercusión mediática fácil y/o tienen posturas reglamentaristas nos proponen la lucha contra la trata, la promueven con acciones públicas, escritos y pronunciamientos. Lo mismo hace el proxenetismo internacional, y así ponen dineros para que se direccione por este camino la lucha y el repudio y (de paso) cuidan la fuente de ganancias: la explotación sexual de las “otras mujeres” que según ellos “ingresan libremente a la prostitución”.

El Abolicionismo

Desde el feminismo abolicionista VISIBILIZAMOS estos orígenes, estas violencias y proponemos un mundo sin prostitución, donde haya derechos e inclusión para todas/os. El abolicionismo es el único enfoque sobre la prostitución y la trata que habla de DERECHOS, propone reparación y restitución de derechos para las personas que desean dejar de ser prostituidas puedan lograrlo y para que nadie ingrese al sistema prostituyente. Planteamos deslegitimizar una cultura donde las prácticas de consumo de cuerpos como si fueran objetos se transforman en aceptables y permisibles, así interpelamos fuertemente al “cliente”- prostituyente, para nosotras. Apostamos a un profundo cambio cultural que construya relaciones entre los sexos, relaciones sexuales con igualdad, placer y consenso. En ningún caso y por ningún motivo el abolicionismo permite perseguir a las personas en situación de prostitución.

Nuestra reflexión es que si realmente queremos un verdadero NUNCA MÁS para las desapariciones de mujeres niñas/os en las redes de prostitución debemos ABOLIR EL SISTEMA PROSTITUYENTE.

DEFINITIVAMENTE TODAS ESTAS DESAPARICIÓNES y MUERTES de PERSONAS nos deberían interpelar como sociedad, porque son una violación de DDHH elementales. La democracia debería incluir respeto a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, también a derechos civiles y políticos, a derechos sexuales y reproductivos, con igualdades que tienen que ver con la condición de personas de cada uno/a de nosotros y nosotras, sin incluir ninguna otra categoría.

La aceptación social o no de estas prácticas es uno de los fundamentos para que se expandan y naturalicen o se limiten y se terminen. Por tanto todos y todas tenemos mucho que ver con estos temas, nos toca la responsabilidad de desarmar este entramado. Para que no haya más violencia contra cuerpos expropiados por el capitalismo y el patriarcado, todas y todos deberemos luchar por un mundo sin explotación, sin represión, sin opresión y sin prostitución.

Bibliografía

· La Industria de la vagina - Sheila Jeffreys – Ed. Paidós

· Explotación sexual – Evaluación y tratamiento – Maria Lourdes Molina, Alejandra Barbich, Marta Fontenla – Librería de Mujeres

· Esclavas del poder – Lydia Cacho – DEBATE

· Revistas “Brujas” – Publicación Feminista – ATEM 25 de noviembre

· Lugar común, la prostitución – Silvia Chejter – EUDEBA 







PONENTES: 

Asociación de Mujeres Argentinas por los DDHH (AMADH) 
asocammarcapital@hotmail.com





La Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos es una organización que lucha por los derechos de las mujeres en situación de prostitución y/o explotación sexual como una de las formas de violencia de género. Consideramos que la prostitución no es un trabajo, sino una situación de las que las mujeres podremos salir con organización y luchando por otro modelo de sociedad, sin ningún tipo de opresión o explotación.

Nuestra organización nace en 1995, cuando un grupo de mujeres en situación de prostitución se organizan en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) para hacer frente a la violencia policial por la aplicación de los códigos contravencionales que persiguen y reprimen a las personas en situación de prostitución. En el año 2003, luego de profundos debates sobre la validez de la figura de “trabajadoras sexuales” y su sindicalización, decidimos desvincularnos de la CTA. Nos constituimos jurídicamente como la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH), manteniendo también la sigla que construyéramos con nuestro trabajo: AMMAR Capital.

Hoy y desde nuestro nacimiento mantenemos activa la discusión por la inconstitucionalidad de los códigos contravencionales y las normativas vigentes en todo el país que penalizan a las personas que ejercen dicha actividad. Al mismo tiempo, seguimos exigiendo la implementación de políticas públicas integrales que garanticen los derechos fundamentales para las mujeres en situación de prostitución y vulnerabilidad social. Para ello, asesoramos a legisladores y distintos organismos del Estado en la formulación y ejecución de legislaciones, políticas y programas sociales, laborales y educativos que respondan a las necesidades de las mujeres.













PONENCIA 
“Prevención de prostitución y trata”  se pasarán los cortos: “Todos los pájaros son lindos” y ¿Sabemos todo?

Nota: estos videos se pueden bajar de You Tube ó  comprar en la organización: Bartolomé Mitre 2815 - 4º piso - oficina 401 - CABA - teléfono 011 4861 2144




Coordinó esta mesa: Luciana Guerra


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